Atender niños requiere de mucha paciencia y empatía, crear un ambiente agradable donde el pequeño paciente se sienta cómodo y en confianza. Todo esto, sumado a un trabajo eficiente, en el menor tiempo posible, sin disminuir la calidad de atención.
Es por esto, que una odontopediatra tiene claro, que su atención debe ser mucho más que solo hacer un tratamiento.
Las primeras experiencias en el dentista se recordarán toda la vida, y por eso, los niños merecen un trato dedicado, explicándoles según su edad todo lo que va a experimentar. Darles el tiempo que necesiten para adaptarse y hacerse «amigo» de su dentista. Además, que los padres tengan toda la información sobre el tratamiento y procedimientos, aclaren dudas y aprendan a estimular a sus hijos para continuar con los cuidados de la salud dental en casa.
Recordar siempre que mantener sonrisas saludables es un trabajo en equipo, entre el odontólogo, el paciente y su entorno.
Nunca es demasiado temprano para llevar a tu hijo al su control dental.
¡Te espero!