Hay varias razones, les nombro algunas:
- Es el primer diente definitivo que erupciona en la boca, a los 6 años, siendo el que pasa más años masticando, y por lo tanto, con mayor riesgo de sufrir caries.
- Sale «sin avisar», ya que no bota ningún diente de leche, aparece atrás de los molares temporales, por lo que muchas veces, ni los niños ni las mamás se dan cuenta de que ya está, esto lleva a un menor aseo en esa zona, aumentando el riesgo de caries.
- Sirve de «guía» para los dientes que erupcionarán después.
- Es el molar que más «trabaja», ya que los 4 ya erupcionados, son los que tienen mayor participación en la masticación.
- Estimula que continúe el desarrollo de los huesos de la cara.
Entre otras funciones, es por eso que es tan importante cuidarlo apenas sale, por medio del cepillado diario en casa y de las medidas preventivas como los sellantes y flúor —ya hablaremos de ellos—.
¡Nos vemos!